Muerte y desolación
Al paso de las horas se van conociendo los espantosos efectos del ciclón: Chetumal se convierte en un gigantesco cementerio; el mar entró a la ciudad hasta un nivel de dos metros y causó considerable número de víctimas, en su mayoría niños que perecieron ahogados; los cadáveres, por grupos, fueron enterrados en zanjas para evitar pestes. Se tiende un puente aéreo con aviones comerciales, militares y particulares, que transportan medicinas, ropa y víveres La población comienza a desalojar el enclave porque no puede vivir ahí; por ejemplo, en tan sólo una escuela, la “Belisario Domínguez”, hay más de 1,500 refugiados.
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2020-07-01T07:00:00.0000000Z
2020-07-01T07:00:00.0000000Z
https://dydigital.com.mx/article/284026194321024
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