IZAMAL.— Luego que unos 3,000 fieles participaron en la tradicional serenata que se inició anteanoche, a las 10, y terminó en la madrugada, ayer desde temprana hora continuaron llegando peregrinos a visitar a la Virgen de la Concepción, en su día, en el convento de esta ciudad.

El momento cumbre de la fiesta fue la misa de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María que, a las 10 de la mañana, celebraron el arzobispo y dos frailes ante centenares de devotos y las imágenes de Nuestra Señora de Izamal y el Cristo de Sitilpech en el atrio.—

IZAMAL.— Cientos de fieles de diferentes comunidades de Yucatán llegaron ayer viernes a visitar en su día a la Virgen de la Inmaculada Concepción, Nuestra Señora de Izamal, en su santuario, el convento franciscano de San Antonio de Padua, en la plaza principal de esta ciudad.

Desde temprano el centro de la ciudad se inundó de fieles que subían al atrio del convento para participar en la misa de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

Llegaron peregrinos de Kanasín, Hunucmá, Celestún, Kinchil, Baca, Motul, Hocabá, Dzilam González, Temax, Teabo, Oxkutzcab, Maní, Tekax, Sotuta, Tizimín y Valladolid, entre otros municipios yucatecos.

Custodios, vestidos con guayaberas de color azul que tienen bordada la imagen de la Virgen de Izamal, trasladaron la venerada imagen del altar del convento al atrio para la misa que, a las 10 de la mañana, celebraron el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, y los frailes Gabriel Romero Alamilla y Bernardo Molina Esquiliano, ministro provincial y viceministro respectivamente de la provincia franciscana de San Felipe de Jesús.

Los fieles ocuparon las sillas que se colocaron en el atrio. Otros aprovecharon la sombra de los arcos del atrio para escuchar la misa, y otros más usaron sombrillas para protegerse de los fuertes rayos solares.

Tras la misa, numerosos feligreses que llegaron con ruda, velas y veladoras pasaron a venerar a la Virgen de la Inmaculada Concepción en el convento.

Fue un ir y venir de fieles en el santuario mariano.

Fue el 8 de diciembre de 1854 cuando el papa Pío IX proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción, en el que se anuncia que María, madre de Jesús de Nazaret, nació libre de pecado original. Está revelado por Dios y por lo tanto, debe ser creído por los fieles de la Iglesia Católica.—