Menuda tarea de defender el voto
OLEGARIO M. MOGUEL BERNAL ( * ) olegario.moguel@ megamedia.com.mx @olegariomoguel
Con la avidez de un gambusino tocado por la fortuna, don Polo Ricalde y Tejero extraía datos de las páginas del Diario; datos que plasmaba, con su bella letra Palmer, en las páginas de su pequeña libreta negra.
Poblaban los renglones de las hojas nombres tan nuevos y frescos como los de Santiago Creel, Josefina Vázquez Mota, Enrique de la Madrid Cordero, Silvano Aureoles Conejo, Margarita Zavala y otros de ese cuño.
Dos apellidos entrelazados sobresalían de la lista porque don Polo los remarcó: “Zapata” y “Bello”.
Dejó la libreta, se alejó de ella como quien termina una tarea ardua y observó la lista. Paladeó su expreso cortado.
—Don Polo —dijo su amigo Ángel Trinidad con un tono que sobresaltó al caballero—. Tan absorto está en sus tareas grillescas que no me oyó llegar.
Don Polo sonrió y asintió. —En efecto, me sorprendiste ensimismado en este tema. Pero, como dice nuestra bella canción: “llegaste en el momento en que te esperaba”.
Ángel Trinidad tomó asiento, pidió un café americano y pan con mantequilla.
—¿Para qué soy bueno? —¿Qué opinas de esta lista? —dijo al aproximarle la libreta. —¡Ah caray! ¡Finísimas personas! Don Polo hizo un gesto de extrañeza y añadió:
—Es el equipo de Xóchitl en su carrera presidencial.
—¡Ah, claro! Ya decía yo que en algún lado leí estos nombres tan…
—Déjalo así. Sólo dame tu opinión.
—En primer lugar —señaló Ángel Trinidad—, se trata del equipo que irá en busca de hacer la chica, de darle la vuelta al marcador, de dar la sorpresa, en fin, de lanzarse en una misión imposible y, como Tom Cruise, —————
(*) Director de Medios Tradicionales de hacerla posible. —Prosigue.
—Pues que, tratándose de una misión imposible electoral, no veo gente que haya alcanzado grandes hazañas en ese plano. Por ejemplo, Creel, Vázquez Mota, De la Madrid y Zavala, más unos cuantos, nunca han ganado una elección de altos vuelos. No podemos decir lo mismo de Aureoles y Zapata Bello, que han conquistado sus respectivos estados, lo cual los lleva a jugar en otra liga en este sentido. Aunque ambos tienen estigmas en su contra. —¿Cuáles?
—Ganaron sus respectivas elecciones, pero no fueron capaces de operar en forma adecuada para lograr que su partido retuviera el poder. Ambos entregaron el relevo a miembros de organizaciones políticas distintas a la suya. —Interesante punto. —Quizá por eso les dieron carteras de poca monta. Aureoles, a cargo de temas agrícolas… claro, el campo es importantísimo. Pero lo es una vez en el poder. Mientras, sólo es terreno de promesas. Y don Rolando, pues ¿qué le digo? Defensa del voto es para tirarse en la hamaca de aquí hasta el día de la elección y entonces actuar.
Don Polo apuró el último trago de su expreso cortado y expuso:
—Tu análisis iba muy bien, hasta lo último. No comulgo con la idea de que la cartera de don Rolando es de poca monta, como señalas.
—Como ya lo conozco, don Polo, sé que algo le cruza por la mente en relación con el yucateco, por eso subrayó su nombre. No creo que haya sido sólo por ser paisano.
—Efectivamente —asintió—. Lo subrayé porque considero que a nuestro coterráneo le asignaron la más importante de todas las carteras que repartieron en el equipo de Xóchitl.
—¡¿La más importante?! ¿Cómo es eso?
Antes de responder, dobló el Diario, cerró su libreta y tomó aire:
—Una elección consta de tres grandes momentos, que se pueden resumir en el antes, durante y después de la jornada electoral. La fase del “antes” es la del conocimiento del candidato, el posicionamiento, el recorrido del territorio… es la etapa de escuchar y exponer ideas. Es el momento de las sonrisas y las promesas. Nadie es un mal candidato. Todos, en esta fase, son los mejores seres humanos, los más sonrientes y bondadosos. En paralelo a estas tareas, esta etapa es también —muy importante— la de recaudación de fondos vía acercamientos con las personas dispuestas a apoyar, el famoso pase de charola, en una eterna labor de negociación y convencimiento. Es, en verdad, una etapa difícil.
—Hay estudios —prosiguió—, que sostienen que es en esta etapa donde se ganan las elecciones. Es un tiempo para convencer a los indecisos, confirmar a los seguidores y no perder el tiempo con los adversos. Es una posición muy interesante, tanto que por eso existen las campañas electorales. Pero otros estudios señalan que, por más que se haga campaña, los electores ya tomaron su decisión, ya saben por qué partido votarán, sin importar quién sea su candidato, y por cuál jamás lo harán.
—¿Y usted qué teoría cree que es la buena?
—Considero que es una combinación de ambas. Pero en el México actual, tan polarizado como está, la segunda teoría es la que puedo apostar que prevalecerá. En un padrón de 97 millones de mexicanos, me atrevo a pensar que un gran porcentaje de ciudadanos ya sabe por quién votará y otro gran porcentaje sabe por quién no. La franja de indecisos es menos abierta que en otras condiciones menos polarizadas, aunque, por supuesto, ambos bandos deben ir por ellos.
—En este orden de condiciones políticas —continuó don Polo—, al tiempo que la polarización hace que el factor “antes” decrezca en importancia, el “durante” crece tremendamente. Lo que suceda el día de la elección puede ser el factor que determine a la candidata ganadora. Y es ahí donde entra nuestro exgobernador. La labor de defender el voto el día de la elección se convierte en oficio de galeotes en un escenario tan crispado como el actual, que hace prever confrontaciones de altos vuelos.
—Visto así, la tarea de Rolando es en verdad importante.
—Y ahí no termina. Viene el “después”, donde la defensa es en las instancias judiciales.
—Uy, pues ahí va a estar todavía más difícil, ya que quieren tomar el Trife por asalto.
—Tú lo has dicho. En el Tribunal electoral la situación está candente. Su presidente está a punto de caer por presiones de grupos internos, los cuales responden a intereses oscuros. Sólo en lo que va de este sexenio han pasado cuatro presidentes por ese tribunal, producto del feroz intento por desestabilizar a la última instancia en materia electoral.
—La batalla postelectoral en defensa del voto será una tarea durísima.
—Y ahí no pararía el asunto… —¡¿Hay más?! —Esperemos que no, pero podemos enfrentarnos a un “guatemalazo”, donde el ministerio público está haciendo intentos por impedir que el presidente electo, Bernardo Arévalo de León, tome posesión el 14 de enero, por supuestos casos penales en su contra y también contra el Tribunal Electoral.
—¡Vaya una carrera con obstáculos!
—Obstáculos que, en caso de que gane en las urnas el Frente, será tarea de nuestro paisano sortear.
—Menudo encargo.— Mérida, Yucatán.
Una de las noticias más relevantes de la semana fue la de los resultados de las pruebas PISA (Program for International Student Assessment) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Estas pruebas miden el rendimiento académico de alumnos de 15 años en matemáticas, ciencia y lectura.
Que si México retrocedió a niveles similares a los de 2003; que si quedamos en el lugar 35 entre los 37 países miembros de la OCDE que participaron en la evaluación; que si no deberíamos participar en las pruebas porque son muy caras y no reflejan la realidad. Han sido muchos los abordajes sobre este tema en los medios de comunicación.
La realidad es que para quienes estamos en el ámbito educativo, con pruebas PISA o sin ellas, muchos coincidimos en que cada vez la mayoría de los niños y jóvenes pasan de grado en grado con un nivel de conocimientos más deficiente que antes.
Creo que fuera de la polémica que han generado los resultados, deberíamos aprovechar para hacer una reflexión profunda sobre el estado actual de la educación en nuestro país, así como en las oportunidades de mejora.
En todas las áreas evaluadas en la prueba PISA nuestro país tuvo un retroceso. El área con el peor retroceso fue la de matemáticas. Algo que me llamó la atención, fue el alto nivel de ansiedad que las matemáticas generan en los estudiantes.
Como docente de finanzas esto me preocupa mucho porque las finanzas y las matemáticas están intrínsecamente ligadas. En nuestras transacciones financieras cotidianas las matemáticas están presentes. Cuando compramos, hacemos un presupuesto, invertimos o pedimos créditos, las matemáticas y la lógica matemática son fundamentales.
Algunos dirán que para eso están las calculadoras. Pero para las finanzas no solo requerimos una calculadora para hacer las operaciones básicas de suma y resta, sino que lo más importante es la lógica matemática.
La lógica matemática estimula el pensamiento crítico, y a través de ella las personas pueden analizar, evaluar y resolver problemas de manera sistemática.
Todos los días tomamos decisiones financieras y esas decisiones no pueden basarse únicamente en la intuición. Necesitamos de la lógica matemática para evaluar opciones de forma racional y estructurada.
Por ejemplo, si usáramos la lógica matemática para comparar entre comprar un celular de contado o a muchos pagos chiquitos semanales, estoy segura de que los pagos chiquitos no serían tan populares.
Muchas de las malas decisiones financieras que se toman en el día a día tienen que ver con la deficiencia en el área de matemáticas.
Pero regresando a las pruebas PISA, creo que lo más importante es lo que viene ahora posterior a conocer los resultados. ¿Qué haremos con esa información? ¿Negaremos su validez porque no toman en cuenta el contexto? ¿Dejaremos de participar en ellas porque no miden correctamente el desempeño de nuestros estudiantes? ¿Se trabajará en alguna estrategia educativa para mejorar los resultados futuros?
¡Ah! pero no hay que dejarle la tarea solo a las autoridades educativas. También como papás deberíamos hacer algo. ¿Por qué no empezar dejando de transmitir a nuestros hijos la idea de que las matemáticas son difíciles?
Al menos por allí deberíamos de empezar.— Mérida, Yucatán.
—————
(*) Consultora Financiera y Directora de las Licenciaturas en Administración y Finanzas, Universidad Anáhuac Mayab.
PÁGINA EDITORIAL
es-mx
2023-12-09T08:00:00.0000000Z
2023-12-09T08:00:00.0000000Z
https://dydigital.com.mx/article/282896620401953
Compania tipografica Yucateca