Un terremoto remeció una región agreste y montañosa del este de Afganistán a primeras horas de este miércoles, destruyendo viviendas de adobe y causando la muerte de por lo menos mil personas. El desastre representa una nueva prueba para el gobierno talibán y para las agencias de ayuda que ya tienen las manos llenas con las múltiples crisis humanitarias en el país.

Es el sismo que más víctimas mortales ha dejado en Afganistán en dos décadas, y los funcionarios señalaron que el saldo podría aumentar. En este país el sistema de salud se deteriora desde que el Talibán retomó el poder hace casi 10 meses, tras el retiro de las tropas de Estados Unidos y la OTAN. El ascenso del Talibán al poder puso fin al vital financiamiento internacional, y la mayoría del mundo rechaza al nuevo gobierno.

En una inusual medida, el líder supremo del Talibán, Haibatullah Akhundzadah, hizo un llamado a la comunidad internacional y a las organizaciones humanitarias “para ayudar al pueblo afgano”. Los residentes de una zona remota cerca de la frontera con Pakistán buscaban víctimas vivas o muertas retirando los escombros con sus propias manos, según la agencia noticiosa Bakhtar. fue la magnitud del sismo, el cual causó severos daños y penurias a Afganistán, donde millones de personas se enfrentan a condiciones de hambruna y pobreza.

2 mil

viviendas, al menos, quedaron destruidas en la región, en donde una casa promedio tiene entre siete y ocho personas en su interior.