Destacado empresario en varios sectores de la economía, consagró sus esfuerzos al fomento, desarrollo y explotación de los más importantes negocios peninsulares, cuyo crédito rebasó las fronteras mexicanas y se afirmó sobre los más sólidos cimientos en los mercados y centros bursátiles de América y Europa. Fue cabeza de una prominente familia yucateca de inversionistas comerciales, industriales y bancarios. Fue jefe político de Mérida, diputado en el Congreso local y presidente municipal de la capital yucateca. También fue tercer vocal del primer Consejo de Administración de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán, al constituirse esta empresa el 1 de noviembre de 1902 con un capital de 23 millones de pesos. Contribuyó a la construcción del actual edificio del Hospital Agustín O’Horán. Fue el primer vicepresidente de la Cámara de Comercio de Mérida, constituida el 23 de noviembre de 1906 en la extinta Lonja Meridana. Fue fundador de la Compañía Harinera Peninsular, del Financiero Mercantil en el Distrito Federal, de la fábrica yucateca de cigarros La Paz y de la fábrica Nacional de Cubos.