Cubrió todas las facetas dentro del fútbol, como jugador, técnico y directivo. Como jugador surgió de las fuerzas básicas del Asturias a los 17 años, en 1945. Luego jugó para el Guadalajara, el Necaxa, el América y el Atlante. “El equipo del pueblo” fue el de sus amores y con él colgó los botines en 1958. Fue el primer yucateco que integró la selección mayor de México. Su más recordada participación como tricolor fue en 1948, ante el Independiente de Argentina, cuando anotó el único gol de México, que perdió 5-1. Como técnico dirigió al Atlante y a los

Pumas de la UNAM en la Primera División. Con los felinos fue también secretario técnico. En la Segunda dirigió a Gallos de Querétaro, Cuautla y Morelia. Su aportación fue importante en los clubes profesionales yucatecos: fue técnico de los Leones del IMSS, Aguiluchos y Mayas, en la Tercera División, y los Aguiluchos y Venados de Yucatán, en la Segunda. Dirigió al CUM y lo llevó al trono de la Liga Estatal de Primera Fuerza en 1962. Las letras también lo llamaron y como escritor publicó dos libros: “Fútbol en Yucatán” y “Amistad entre patadas”.