Como Hermano Marista, llegó a Yucatán en la primera mitad de la década de 1960 y se integró al cuerpo docente del Colegio Montejo, del cual tiempo después se convirtió en director, a los 23 años de edad. En 1973 optó por integrarse a la vida seglar. Pasó un tiempo en Nayarit y en 1974 regresó a Mérida, para quedarse en definitiva. Desde muy joven decidió con un grupo de amigos hacer labor social en una comunidad apartada de Mérida y eligió Cuzamá. Allí empezó a manifestarse la filosofía que, si bien ya se expresaba en su paso por las aulas, reforzaría su actuación: ayudar a otros y no ver para sí mismo. El trabajo se amplió a Homún y de allí a Sanahcat, Yobaín y Cansahcab, donde se impulsaron proyectos productivos en favor de los habitantes. Fue integrante del equipo promotor del Frente Cívico Familiar, creado en 1988, y protagonista de varios movimientos cívicos y de momentos claves en la transformación democrática de Yucatán. En el campo empresarial, fundó y fue presidente del Consejo de Administración de Bester, un despacho de consultoría y educación, pionero en la promoción y desarrollo de la cultura de la calidad.