Los pobladores de Ichmul, apacible comisaría de Chikindzonot, se alarman al ver caer del cielo una bola de fuego acompañada de un estruendo que dura varias horas y deja sin corriente eléctrica al poblado. En principio, la creencia general es que se trata de un meteorito, incluso los lugareños recogen varios fragmentos rocosos de tonos negro, azul y café que al unirlos, aseguran, toman formas humanoides. La noticia alcanza repercusiones internacionales, pero días más tarde especialistas aclaran que el origen del fenómeno no es extraterrestre, sino el rompimiento y choque de cables de alta tensión.