Cientos de los llamados “estudiantes” se apoderan por la tarde de la Plaza Principal, arrancan 15 bancas, bloquean las calles aledañas a la Plaza Grande e inician un asalto al Palacio Municipal antes que 30 agentes de la Policía de Mérida los pongan en fuga, despejando el corazón de la ciudad en rápida y eficaz maniobra de 15 minutos. El motivo de los disturbios fue la falsa noticia, dada por una radiodifusora, de que había muerto un estudiante herido por un policía durante las últimas horas del Carnaval. Los atacantes rompen las puertas de departamentos en la planta baja del Palacio sin lograr acceder a la parte superior.