Decenas de personas aprovecharon el día festivo para pasear en el puerto de Progreso que ha vuelto a abrir sus playas, tras varias semanas de cierre por el coronavirus. Aunque la afluencia no fue la esperada, según comentaron algunos comerciantes, desde temprana hora se vio llegar grupos de jóvenes y familias completas. Turistas nacionales, unos cuantos extranjeros, mucha gente de Mérida y uno que otro del interior del estado, se dieron cita en la playa para mitigar el calor que ayer rondó arriba de los 30 grados.

Por eso no fue raro ver a varios hombres y mujeres, jóvenes, niños y adultos meterse al agua. Aunque otros, como la señora Asunción Poot, prefirieron únicamente caminar sobre la arena.

El paso de la mujer llamó la atención, pues entre tantos paseantes que vestían bikinis, shorts, bermudas, pareos y trajes de baño, era la única que lucía un colorido hipil bordado.

Quien sí acudió a Progreso con la intención de bañarse fue Marlene Torres y su familia. “Estamos disfrutando mucho. El mar está muy bonito, no hay mucho sol y estamos en familia”, dijo. Vecinos de Mérida, Marlene y su familia llegaron al puerto a las 9 de la mañana con el fin de disfrutar y bañarse antes de que llegara más gente. Como ella, otros más aprovecharon las primeras horas de la mañana para disfrutar la playa, pero a partir del mediodía la llegada de visitantes aumentó.

La afluencia motivó también que buscadores de metales (monedas y joyería, principalmente) recorrieran la playa rastreando objetos valiosos.

Los restaurantes también aprovecharon por colocar mesas, sombrillas y camastros a lo largo de la playa del malecón donde se vio a niños hacer castillos en la arena, familias tomarse fotos, personas leyendo.

Los vendedores tampoco podían faltar, como una mujer que ofertaba salvavidas, cubos y palas para jugar en la arena. “No hay mucha gente, tomando en cuenta que es día festivo”, dijo para luego señalar que ojalá en la tarde aumentara el número de visitantes. Nelly Ávila, quien atiende un puesto de ropa y accesorios de playa enfrente del malecón, calificó al día triste por que no llegó el numero de paseantes que se esperaba.

“Y eso que es festivo”, dijo, para luego justificar, que quizá porque es la primera semana de que la playa se abrió y muchos aún no lo saben.

“Yo espero que conforme pasen las horas legue más gente, y ojalá Dios quiera porque no hay venta, están muy bajas primero por la pandemia y luego porque cerraban la playa”.