De ti depende que tu hijo no lo vea como un hábito desagradable.

Para ello, puedes inventarte alguna canción para el momento en el que se lava sus dientes, contarle algún cuento mientras se los cepilla o invitar a su juguete preferido (por ejemplo, su muñeco consentido) a que también se lave los dientes junto con él.

Esto ayudará a que sea algo cómodo para él y no resulte un martirio.

¿Tiene tu pequeño algún personaje de caricaturas preferido?

Entonces ¡Ahí está la clave! Consigue un cepillo de dientes de este personaje y algunas pastas de dientes de colores y sabores diferentes, así tu hijo podrá ir decidiendo con cuál quiere cepillarse cada día.

Esto ayudará a que no sea una práctica pesada o aburrida. Otra forma de estimularlo es haciendo un concurso de cepillarse los dientes y si todos los días lo hace bien, puede tener algún premio como ver un capítulo más de su caricatura preferida o desayunar al otro día lo que él quiera. ¡Echa a volar tu creatividad! Cuando le expliques la técnica correcta de lavarse los dientes, hazlo con mucha paciencia. Es completamente natural que al principio se equivoque, sólo recuérdale que la forma adecuada.