BODAS DE PLATA.— Una prueba del afecto y estimación de que disfruta el presbítero José María Casares Ponce en el seno de la sociedad católica meridana fue la numerosa concurrencia de familiares y amistades que asistió ayer por la mañana a la misa conmemorativa de sus bodas de plata sacerdotales y que apenas cupo en la iglesia del Sagrario. Veinte sacerdotes concelebraron con el padre Casares la misa del día, la de San Lorenzo, incluyendo a sus compañeros de ordenación, los presbíteros Víctor Alonso Denis Centeno y Rubén Dámaso López Bazán, quienes le asistieron como diácono y subdiácono, respectivamente. Otro de los concelebrantes, el presbítero Lázaro Pérez Jiménez, pronunció la homilía, breve, de claros conceptos, bien ceñida al tema de la ocasión: el sacerdocio instituido por Cristo. La misa, armonizada por el coro de las Hermanas Bolio, fue sencilla y bastante breve, pues comenzó minutos después de las 11 y terminó a los tres cuartos de hora, no obstante la muy nutrida fila de comulgantes. Emotiva en particular fue la consagración, en que los concelebrantes, que rodeaban la mesa eucarística, alzaron el brazo derecho al pronunciar con el padre Casares las palabras rituales.

(De “Diario de Yucatán” número 19,974)