Diario de Yucatan

El clan Caro Quintero

Los tentáculos del capo se extienden a la región sureste

.— CARLOS FERNANDO CÁMARA GUTIÉRREZ

El clan de Rafael Caro Quintero, recapturado el viernes 15 de julio pasado en Sinaloa a petición del gobierno de Estados Unidos —que intenta su extradición—, mantiene fuertes lazos con familiares y parientes que, bajo sus órdenes, extiende el dominio del líder del Cártel de Caborca a regiones como la península de Yucatán.

“El día que salga quiero ser amigo de todos...”, dijo Caro Quintero días después de su captura el 4 de abril de 1985 en Costa Rica. Y “El Narco de narcos” lo cumplió aun durante los 28 años que purgó en un calabozo del penal de Puente Grande, Jalisco.

El capo, uno de los 10 criminales más buscados por el Buró Federal de Investigaciones (FBI), siguió operando en prisión los cárteles de Guadalajara, ya extinto, y de Caborca gracias a los nexos familiares del clan Caro Quintero que abarcan, según reportes oficiales, a más de dos decenas de allegados.

Hermanos, tíos, hijos, primos, sobrinos, esposas y otros parientes forman parte de las ramificaciones del árbol genealógico que el narcotraficante, recapturado en San Simón, municipio de Choix, Sinaloa, sembró a lo largo de su trayectoria delicuencial, a partir de 1970.

Expedientes de la Administración de Control de Drogas (DEA), que solicitó la extradición del también llamado “El Príncipe”, acusado del secuestro, tortura y asesinato de su agente Enrique “Kiki” Camarena en 1985, citan que hay varios consanguíneos de Caro Quintero que participan en organizaciones criminales.

Además, datos del Departamento del Tesoro de EE.UU., que incluyó a la familia más cercana del patrón de la droga en la lista de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, en inglés), sustentan que integrantes de los tentáculos de la dinastía Caro Quintero se extienden a la península de Yucatán.

Sus orígenes

Rafael Caro Quintero nació el 3 de octubre de 1952 en la comunidad La Noria, municipio de Badiraguato, Sinaloa. Es uno de los 10 hijos de los esposos Emilio Caro Payán y Hermelinda Quintero. Su padre se dedicaba al cultivo y la cría de animales en unas tierras que le regalaron.

A diferencia de otros líderes de cárteles, Rafael terminó la primaria y en principio se dedicó al cultivo de maíz, frijol y trigo, pero cuando tenía 13 años su padre falleció y él, como el varón mayor, se hizo cargo de su familia.

Sin embargo, ante el difícil panorama en su pueblo, decidió viajar a Caborca, Sonora, donde a los 18 años de edad conoció a Pedro Avilés Pérez, un narcotraficante que lo apadrinó y lo introdujo en el cultivo de la mariguana, la droga más solicitada en esa época.

De acuerdo con algunas fuentes oficiales estadounidenses y del Archivo de Diario de Yucatán, Rafael Caro Quintero, catalogado como uno de los fundadores de los cárteles modernos de la droga en México, tiene un apellido que lo distingue en las bandas criminales, a partir de finales de la década de los 60 de la centuria anterior.

Es sobrino de Lamberto Quintero Payán, primo hermano del padre de Rafael, una leyenda de la delincuencia organizada. Lamberto y su primo Rafael Paz disputaron en la década de los años setenta, con la familia Otañez Lafarga, por el trasiego y venta de drogas en Sinaloa, hasta su muerte en una balacera en 1976.

Documentos de la DEA mencionan a Rafael Caro Quintero como el capo más relevante de la segunda generación de la familia en dedicarse al tráfico de drogas, gracias a sus habilidades que le ganaron la simpatía de su padrino, Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Jefe de Jefes”, y Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”, fundadores del extinto Cártel de Guadalajara.

Después de la detención de Félix Gallardo y Fonseca Carrillo, Caro Quintero creció y se consolidó en el Cártel de Guadalajara hasta convertirse en el máximo jefe de la organización, función que mantuvo a pesar que en 1985 fue capturado en Costa Rica y sentenciado a 40 años de prisión (de los que solo cumplió 28).

“La Reina del Pacífico”

Sandra Ávila Beltrán, mejor conocida como “La Reina del Pacífico”, está clasificada entre los expedientes de la DEA como una de las operadoras más hábiles del poderoso Cártel de Sinaloa y sobrina de Félix Gallardo.

Y a pesar de que la misma Sandra Ávila —la primera mujer ligada al narcotráfico que se extraditó a EE.UU.— lo niega, la duda sobre su parentesco con el famoso capo permanece.

Según datos de la agencia estadounidense, la ahora famosa en la red social TikTok, es prima en segundo grado de Rafael Caro Quintero, por vía del padre de Sandra, Alfonso Ávila Quintero, casado con María Luisa Beltrán Félix.

Es el mismo caso de Amado Carrillo Fuentes, el popular patrón de la droga que supuestamente murió el 4 de julio de 1997 y se le considera sobrino de Lamberto Quintero Payán, tío directo de Caro Quintero, por lo que “El Señor de los cielos” sería primo en segundo grado de “El Narco de narcos”.

Más allá de los bienes que Rafael Caro Quintero ya le legó o deje a su familia, para el gobierno de Estados Unidos, que reclama su extradición, el producto del narco es la herencia que recae sobre las parejas e hijos del delincuente.

El Departamento del Tesoro de EE.UU. acusa a María Elizabeth Elenes Lerma, primera esposa de Caro Quintero, y a sus cuatro hijos de ambos: Héctor Rafael, Roxana Elizabeth, Henoch Emilio y Mario Yibrán, de ser dueños de empresas y negocios en los que el capo presuntamente lava el dinero de sus actividades ilícitas.

De acuerdo con registros de 2013, la dependencia estadounidense identificó alrededor de 30 compañías del sector inmobiliario, distribución de combustible, explotación minera, concesionarias de autos nuevos y usados, restaurantes, productos de belleza y fábricas de calzado utilizadas para limpiar los recursos proveniente del narcotráfico.

Entre los varios sobrinos reconocidos o confirmados por las autoridades estadounidenses y federales mexicanas con nexos delicuenciales con Rafael Caro Quintero hay uno que destaca sobre los demás: José Gil Caro Quintero, quien asumiría el liderazgo del Cártel de Caborca.

Lugarteniente

Ahora, con la recaptura de su famoso tío, el también llamado con los alias de “El Pelo Chino”, “El Chino”, “Don José” y “Jogil” se desempeña como lugarteniente de la organización criminal de Caro Quintero en el sur-sureste de México, con sede en Oaxaca.

Informes de la DEA y las autoridades federales mexicanas consignan que José Gil opera principalmente en Chiapas, parte de Tabasco y principalmente en Quintana Roo donde presuntamente en pistas clandestinas en las fronteras con Guatemala y Belice arriban avionetas cargadas con droga proveniente de Sudamérica.

Incluso reportes oficiales y periodísticos mencionan a “El Chino” como responsable del trasiego de cocaína que también llega por mar, a través de una flota de lanchas rápidas, a las costas de Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Quintana Roo, pero su dominio abarca regiones de Campeche y Yucatán.

¿Quién es José Gil?

Se averigüó que José Gil Quintero y/o José Gil Caro Quintero fue detenido en diciembre de 2004 en Guadalajara. Se le acusó de ser un lugarteniente del Cártel de Sinaloa y uno de los principales operadores de Ismael Zambada García, “El Mayo”, pero su estirpe criminal lo liga directamente con “El Narco de Narcos”.

Después de 10 años y cinco meses en prisión, en 2016 fue liberado y asumió el papel de hombre de confianza de su famoso tío.

A partir de entonces, “El Chino” continuó encabezando el trasiego de drogas provenientes de Sudamérica, en Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Tabasco, Quintana Roo, Campeche y Yucatán, en principio asociados a una fracción del Cártel de Sinaloa, hasta que los hijos de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, tomaron el mando.

Su huella en el Sureste

Clara evidencia de la huella de la organización criminal de Rafael Caro Quintero en las tres entidades de la península de Yucatán, no solo se limita a los informes de seguridad del gobierno federal y de algunos expedientes de la DEA que identifican a José Gil Caro como su comisionado en la región.

La presencia de los tentáculos de “El Narco de Narcos” también llegan a Yucatán y Campeche.

Una prueba es la detención de Roberto Gutiérrez Nájera, “La Gallina”, el 14 de febrero de 2017 en Mérida, Yucatán, en un fraccionamiento ubicado en el poniente de la ciudad, cerca de Ciudad Caucel. Se le señaló como operador del Cártel de Sinaloa, pero en realidad estaba bajo las órdenes de José Gil Caro Quintero.

Gutiérrez Nájera, como informó Diario de Yucatán, se hacía pasar como un próspero ganadero en el oriente del estado, donde adquirió ranchos en Tizimín, Buctzotz y San Felipe, y residencias en la capital yucateca, en Cancún y Playa del Carmen, Quintana Roo, y Ciudad del Carmen, Campeche

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2022-08-14T07:00:00.0000000Z

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