Una mujer de Progreso fue llevada a la cárcel por herir con arma blanca a su pareja durante una discusión.

VALLADOLID.— Tras el caso del hallazgo de ocho cadáveres en la carretera estatal Chikindzonot-Chan Chichimilá el pasado sábado, existen diversas interrogantes acerca de la seguridad en Yucatán, debido a que los sicarios transitaron por unos 300 kilómetros, desde la comunidad de Xcalak, en el municipio de Othon Pompeyo Blanco, Quintana Roo.

En ese lugar los ejecutados habrían sido levantados y luego los cuerpos fueron arrojados en la mencionada carretera, sin que ninguna autoridad se haya percatado de la presencia de los supuestos sicarios.

De acuerdo con datos obtenidos, entre Majahual y Xcalak hay una brecha de arena que une a estas dos comunidades, pero también existe una carretera paralela pavimentada que tiene una longitud de 63 kilómetros.

En la franja costera de arena, conocida como la zona del recale de drogas, hay varios ranchos y propiedades privadas, incluso parajes donde viven pescadores.

Al parecer, los cuerpos son de vecinos de comunidades de Chetumal; incluso, se dice que algunos de ellos serían oriundos de la localidad Nicolás Bravo, que se ubica a unos 50 kilómetros de la capital de Quintana Roo, sobre el camino que va hacia Escárcega, Campeche.

Según se averiguó, los ejecutados trabajaban en un rancho y habrían hallado droga en las playas de Xcalak, en la franja costera de esta comunidad con Majahual.

Pero alguien los delató y se enteraron los dueños del lugar que, se presume, era propiedad de un cártel que opera en la zona y eso habría sido el móvil de la ejecución.

Para poder sacar a los cuerpos de ese lugar es complicado, considerando que justo en el entronque de la carretera que va hacia Xcalak y Majahual hay un retén militar permanente.

Tomando como punto de referencia el kilómetro 45 de la carretera Valladolid-Chetumal, justo donde está el acceso a Chikindzonot, para llegar a Carrillo Puerto se recorren 100 kilómetros.

Luego se avanzan 80 km en la misma vía federal para llegar a Limones, se da vuelta y se recorren 57 km para llegar a Majahual, y se avanzan otros 63 km más hacia el sur hasta llegar a Xcalak, de modo que en total son unos 300 kilómetros.

En caso de realizar el recorrido de manera invertida, hay retenes militares permanentes justo en el entronque entre Majahual y Xcalak y en la entrada a Carrillo Puerto, donde hay muchas cámaras de vigilancia.

Continuando con el recorrido hacia Yucatán, hay que pasar por la comunidad de Señor hasta llegar a Tepich, donde de manera obligada hay que entrar por una aduana, donde nadie detectó a los supuestos sicarios.

Luego de pasar la aduana, se avanza unos 2 kilómetros hasta llegar al kilómetro 45 para entrar a territorio yucateco, donde se da vuelta.

A pesar que se sabe que hay un puesto de vigilancia de la Policía Estatal, los sicarios pasaron varias poblaciones como Xthobil, Poop Ekpedz y Chikindzonot; en este último avanzaron unos 5 kilómetros y se metieron al monte para dejar los cadáveres, justo un kilómetro antes de llegar a Chan Chichimilá.

La interrogante que sigue en el aire es en dónde habrían ultimado a los hombres.

Cabe mencionar que es difícil llevar en un vehículo ocho cadáveres sin que nadie lo detecte.

Al final, se puso en evidencia la vulnerabilidad de la seguridad en Yucatán.

De acuerdo con algunas fuentes, existe la posibilidad de que habrían llegado vivos a Yucatán y la ejecución se habría realizado en el camino desde el kilómetro 45, antes de llegar a Chikindzonto, debido a que esa vía es solitaria y en horas de la madrugada casi no pasan vehículos.—