Diario de Yucatan

Deja que la vida te sorprenda

GABRIELA SOBERANIS ( * ) gabrielasoberanis [email protected]

La mayoría de las personas tendemos a construir rutinas que nos ofrecen cierto confort, que nos hacen sentir que cumplimos con nuestras responsabilidades y que tenemos el control de nuestras vidas.

Tal vez por eso muchas personas añoran el fin de semana, la celebración de fechas especiales o las vacaciones: para dar cabida a la variabilidad.

Esas son las ocasiones en que nos permitimos hacer cambios en todo sentido, desde nuestros hábitos de sueño y comida, hasta cómo ocupamos nuestro tiempo, la ropa que usamos y la compañía que elegimos; inyectando entusiasmo y gozo a esos días.

Esto me hace pensar que, en realidad, lo que todos buscamos, de una forma u otra, es sentirnos vivos. ¿No deberíamos sentirnos así todos los días?

Cuando hablo de rutinas asfixiantes no me refiero a los hábitos que hacen funcional nuestras vidas, sino a la rutina que nos deja exhaustos porque está hecha simplemente para cumplir, que reduce al mínimo nuestra capacidad de elección en pro de costumbres que nos proveen seguridad, la que nos hace conformarnos con lo mismo pero que derruye nuestra pasión por vivir.

¿Cuántas costumbres hemos incorporado a nuestra vida cotidiana que nos alejan de toda oportunidad de soñar, de incluir cambios de valor, de romper paradigmas, de experimentar algo nuevo?

No estamos acostumbrados a que la vida sea una secuencia de sorpresas.

Interrumpimos esto con nuestra necesidad de predecir cada aspecto de nuestros días. Con mucha facilidad sucumbimos al aburrimiento de una vida rutinaria a cambio de unas pocas garantías, sin darnos cuenta de que dejamos de abrazar cada día con la actitud de quien recibe un regalo inesperado.

Aunque a veces es necesario planificar, muchas otras veces debemos dejarnos llevar y fluir a un ritmo más natural. No solo necesitamos añadir color a nuestras responsabilidades, sino dejar espacios de absoluta libertad en medio de cada compromiso y tarea cotidiana, y abrirnos a lo inimaginable a través de lo espontáneo.

Pienso que es vital hacerlo, porque es en la monotonía en donde dejamos de apetecer lo nuevo y lo diferente. En lo conocido no hay cabida para las experiencias enriquecedoras o las emociones de verdad; por esto es que en la cotidianidad tendemos a rechazar las oportunidades de cambio, dejamos de ser creativos y de explorar lo que la vida nos puede dar.

La vida no nos la dieron para que la disfrutemos ocasionalmente o en los “días especiales”, nos la dieron para que cada día cuente. Todos los días deberían ser ocasión para sentir esa desbordante pasión por la vida. Así, tendríamos que dejar de esperar el fin de semana, las vacaciones o una fecha especial para sentir que estamos vivos; y para eso tenemos que hacer cosas diferentes cada día, porque son los pequeños cambios que introducimos en nuestros hábitos cotidianos los que pueden regalarnos experiencias fascinantes y sin precedentes.

Así que, abandona lo predecible, déjate llevar un poco más por la curiosidad, por las ganas de experimentar, por el deseo de hacer de este día, un día extraordinario. Deja que la vida te sorprenda.— Mérida, Yucatán.

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(*) Consultor empresarial, Coach Profesional y Escritora

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2022-05-13T07:00:00.0000000Z

2022-05-13T07:00:00.0000000Z

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