Diario de Yucatan

La depresión, un mal que incapacita

El componente genético influye en la enfermedad

IRIS CEBALLOS ALVARADO

En el marco del Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, especialistas dieron detalles sobre este padecimiento, que es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma importante a la carga mundial general de morbilidad.

Uno de los principales factores de riesgo para tener depresión es la genética, pues cuando se tiene un familiar en línea directa que padece la enfermedad, hay 50% de probabilidades de caer en ésta.

En México, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) documentó que 34.85 millones de personas se han sentido deprimidas; de las cuales 14.48 millones eran hombres y 20.37 millones, mujeres.

En más de 20 casos por cada 100 mil habitantes aumentó la incidencia de la depresión en Yucatán de 2020 a 2021, una de las principales enfermedades en el área de la salud mental, cuyo número de casos creció exponencialmente durante la pandemia.

Uno de los principales factores de riesgo para tener depresión es la genética, pues cuando se tiene un familiar en línea directa —papás, hermanos, tíos— que padecen la enfermedad, hay 50% de probabilidades de caer en esta, pese a los cuidados de salud mental que se puedan tener.

Así lo manifiesta el psiquiatra y director del Instituto de Salud Mental de los Servicios de Salud en Yucatán, Arsenio Rosado Franco —entrevistado con motivo del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión que se conmemora hoy—, quien detalla que en el Estado se tuvo una incidencia de 33.38 casos nuevos de depresión por cada 100 mil habitantes, cifra que se elevó a 53.24 en 2021.

Precisa que estos datos se captan en el observatorio que tiene que ver con las consultas que se otorgan para tratar la depresión, por lo que es seguro que hay más casos, pues hay personas que no acuden al médico.

Los datos nacionales marcan una incidencia de 51.38 casos por cada 100,000 habitantes en 2020 y 61.66% en 2021, de modo que a nivel nacional creció 10 puntos, y en Yucatán poco más de 20.

El doctor Rosado Franco destaca que el incremento se debe no solo a un aumento en el número de casos, sino a que más personas se están acercando a los servicios médicos para atenderse, lo cual con

sidera positivo, pues es bueno que busquen ayuda: “Ojalá más lo hicieran”.

La última encuesta nacional que se hizo en el país sobre depresión, en el año 2003, arrojó que 9.1% de los encuestados refirió haber sufrido depresión en algún período del año.

Con las cifras con las que se cuenta ahora, se estima que la depresión se incrementó 35% en la población.

Reconocer los síntomas de la depresión es importante para poder acudir al médico o ayudar a la persona que

padece esta enfermedad para que busque ayuda.

Los síntomas más claros de este padecimiento son insomnio, pérdida de peso, ánimo bajo la mayor parte del día, casi todos los días, pérdida de interés por las actividades, incapacidad de disfrutar las cosas e ideas de tristeza, minusvalía, desesperanza o muerte.

Cuando se presentan junto con pensamientos negativos o distorsión de lo que está pasando, se sugiere recibir terapia.

El especialista explica que

una persona que cursó por un episodio de depresión puede tener una recaída epigenética, es decir, se trató, se recuperó, pero con la aparición de cuatro estresores fuertes en el año tienen esa vulnerabilidad genética, que hace que los cambios en el genoma expresen síntomas de este padecimiento, y es cuando hay recurrencia.

El especialista Arsenio Rosado señala que se estima que 50% de los pacientes tiene depresiones únicas y el otro 50%, recurrentes.

Por ejemplo, una mujer

que tuvo depresión posparto y se curó es vulnerable, y si vive pérdidas, duelos, el encierro en la parte social o problemas familiares, como ocurrió en muchos casos durante la pandemia, vuelve a presentarse la enfermedad.

El tratamiento para la depresión debe ser farmacológico y psicoterapéutico, y mientras más pronto se acude al médico, el pronóstico es más favorable.

El tiempo de recuperación depende del cuadro en cuestión, pero en promedio se habla de que en cuatro semanas se logra una recuperación, ya que los fármacos logran una respuesta en dos semanas, y a las cuatro semanas ya se habla de una remisión de los síntomas.

No obstante, hay casos en los que se puede tardar tres meses en alcanzar la remisión, y el tratamiento en general debe ser de al menos seis meses tanto farmacológico como psicoterapéutico, pues de no ser así hay una recurrencia.

Precisa que los fármacos a nivel bioquímico tardan en arreglar los circuitos cerebrales que se alteran con la depresión de dos a cuatro semanas con el uso de los antidepresivos, sin embargo, ejemplifica que es como cuando un hueso se rompe y se le pone un yeso, a las dos semanas es frágil aún y no se debe quitar esa protección antes de las ocho semanas porque el hueso se puede romper otra vez.

Lo mismo pasa con los antidepresivos, si se dejan de tomar en un tiempo menor a seis meses, hay 50% de probabilidades de recaer, mientras que se si se toman por seis meses se reduce a 15% la posibilidad de recaída.

El doctor Arsenio Rosado comparte que una forma de prevenir la depresión es dormir bien, pues es un factor protector, así como aprender a gestionar el estrés, hacer ejercicio físico, tener una sana alimentación y también acudir al médico cuando hay problemas de sueño para valorar por qué no se está durmiendo bien.

Recuerda que el gobierno estatal cuenta con la línea de orientación y apoyo emocional 800-108-8000 que se creó en abril de 2020, y en la que psicólogos profesionales brindan ayuda en casa las 24 horas del día, y pueden canalizar a consulta a quien lo requiera o ubicar el centro de salud más cercano para que reciban atención.—

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2022-01-13T08:00:00.0000000Z

2022-01-13T08:00:00.0000000Z

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