Diario de Yucatan

Advertencia de la OMS de riesgo en la enfermería

OLEGARIO M. MOGUEL BERNAL (*) olegario.moguel@ megamedia.com.mx @olegariomoguel

Se llama Ana. Sus suaves maneras y voz aniñada obligan a llamarle Anita. Así le dicen todos. Su actitud alegre coincide con la felicidad que su presencia proyecta.

Es un “ya llegué” con campanas al vuelo. Pregunta cómo estás, no por formulismo: en serio quiere saberlo. Recuerda a la perfección lo que le comentaste con anterioridad y sobre eso interroga. Está pendiente y al tanto.

Sonríe contigo y se mortifica contigo. Y siempre es positiva. Saldrá adelante, ya lo verá. Ejecuta profesionalmente y regaña maternalmente.

Su oficio y profesión es la enfermería. La lleva con profesionalismo, como apostolado. La actitud de esta Florence Nightingale contemporánea no es excepción. Como ella hay legiones. Es miembro de una especialidad de la salud sin la que los servicios médicos, la atención, permanencia, seguimiento y convalecencia no se podrían entender. Una bendita actividad que hoy está en serio riesgo de debilitamiento.

La Organización Mundial de la Salud ha alertado que de los 27 millones de enfermeras y enfermeros que había en el mundo antes de la pandemia, solo quedan 14 millones. Por diversas razones el mundo ha dejado de contar con 13 millones, ————— (*) Director de Medios Tradicionales de Grupo Megamedia muchos de ellos por abandono de la profesión ante el riesgo que representa. De por sí, los 27 millones eran insuficientes para la adecuada atención mundial. Se requerían 6 millones más. La cuenta, en lugar de ir hacia arriba, va en acelerado descenso.

Se fue la luz. Cinco horas después no había regresado. José permanecía incólume, estoico envuelto en su traje de hule para protegerse en el área Covid. El traje no deja pasar ningún elemento a riesgo de contagio, ni el aire. Y así como nada entra, tampoco sale.

Las condiciones a que tales trajes obligan al cuerpo humano los hacen solo soportables en aire acondicionado. Pero hacía cinco horas que la luz se había ido, mismas que el aire permanecía apagado. José, sin embargo, no daba muestra alguna del derretimiento al que se sometía su cuerpo y atendía a su paciente con estoicismo.

El que padecía en ese espacio era el paciente, quien ante la atención recibida por José jamás se percató de lo que éste sufría en su sauna particular. Para José, como para hordas de enfermeros, el paciente siempre es primero.

A principios de 2021 México tenía alrededor de 315 mil enfermeras y enfermeros, de acuerdo con la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia de la UNAM. Esa cifra implica poco menos de tres por cada mil habitantes. La cifra no es muy positiva. Según los estándares universales, debería haber el doble.

Son héroes. Así los describe el médico especialista, para quien los enfermeros se arriesgan todos los días por sus pacientes y en Yucatán no han dejado de hacerlo en medio de la pandemia. Ellos están firmes atendiendo a los enfermos, cuidándolos, velando por su estado de salud en todas las fases en que el afectado se encuentra y en todos los espacios donde se ubique, desde casa hasta la sala de recuperación, pasando por el quirófano.

Y lo hacen, agrega el médico, por un salario modesto.

Un estudio elaborado en 2018 en todo el país por el Observatorio Laboral ubicaba el promedio salarial para las enfermeras y enfermeros en Yucatán en $11,134. El estudio no indica si la cifra es bruta o neta. Asumimos que lo primero.

AMPLIAS OPCIONES

Licenciado en enfermería. Sí, eso soy. Estudié en la escuela que está en Caucel, dijo uno. Estudié en Ticul, afirmó otra. Soy egresada de la escuela que está por la Alemán, subrayó una más…

Por su corta visión, el paciente creía que la carrera de Enfermería solo se estudiaba en una o dos universidades. Grande fue su sorpresa al enterarse que en Yucatán hay decenas de escuelas de estudios universitarios que producen profesionales en buenas cantidades cada año.

Desde los años ochentas la enfermería dejó de ser un oficio para convertirse en profesión, así lo indicó Dallany Trinidad Tun González, maestra en Ciencias de Enfermería y directora de la Facultad de Enfermería de la Uady en 2020, que fue el Año Internacional de la Enfermería.

Hoy, esa profesión está en nuestras manos. Es decir, en manos de la ciudadanía, de la gente de a pie.

La advertencia que esta semana hizo la OMS (publicada ayer en el Diario) sobre el éxodo de enfermeras y enfermeros que en el mundo van abandonando la profesión es una seria llamada de atención a la humanidad. Es un riesgo que puede dejar a los pacientes en un estado de indefensión ante los asedios de los males físicos y sus consecuencias.

¿Por qué está en nuestras manos su futuro? Porque si dejamos de arriesgarnos en la pandemia dejamos de arriesgarlos. No merecen cargar con las consecuencias de nuestras imprudencias ante el Covid que nos tiene sitiados. Que el virus nos “pegue” sin buscarlo es ya suficiente como para que, además, descuidando las medidas sanitarias vayamos en su búsqueda.— Mérida, Yucatán.

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2021-10-23T07:00:00.0000000Z

2021-10-23T07:00:00.0000000Z

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