Todos los días una flota de 20 triciclos cargados con frutas de huertos de Oxkutzcab, Dzan y Akil recorre el centro de Mérida rumbo a las colonias populares de la ciudad para ofrecer estos productos comestibles frescos y cultivados en tierras del sur del estado.

El colorido de las frutas, la consistencia de una cosecha reciente, el volumen del cargamento y el pregón a todo pulmón de “fruta fresca de Oxkutzcab” o “llegó el frutero” llaman la atención de la gente porque los comerciantes itinerantes saben promover y vender sus frutas en los hogares meridanos.

Compitiendo por un carril con los vehículos que circularon en la calle 64 entre 67 y 65, dos de estos vendedores urbanos de fruta tomaron un descanso a la sombra del edificio de la Secretaría de Desarrollo Social.

Luego prosiguieron su recorrido por calles de las colonias de Itzimná, México, los vergeles, Madero y Bojórquez, que es donde tienen identificados a sus clientes.

Los triciclos estaban cargados de bolsas de naranja dulce, toronja, racimos de plátano, papaya, sandía, jícama, mandarina y limón.

El inicio es difícil por el peso del cargamento, pero poco a poco disminuye y al final de la jornada, que termina a las cuatro de la tarde, el transporte ligero regresa vacío.

“Somos de aquí de Mérida, pero vendemos fruta que nos traen de Oxkutzcab, Dzan y Akil”, contó José Baltazar Cobá en plática con el reportero.

Hasta la casa

El oferente dijo que aprovecharon el confinamiento de las personas que ocasiona la pandemia del Covid-19 para iniciar este negocio con los productores del sur de la entidad, que también tienen necesidad de vender su cosecha.

“Sí nos compran, a la gente le gusta consumir la fruta fresca, ve que es de cosecha reciente”, señaló. “Siempre le decimos a quienes nos compran que mejor no salgan, nosotros les llevamos la fruta durante la semana”.

José Baltazar informó que inician su jornada a las 10 de la mañana y a las cuatro de la tarde ya agotaron su cargamento.

Asimismo, da gracias a Dios que tienen bastantes clientes por los rumbos donde pasan pregonando la fruta, ya son conocidos y las familias ven que es más fácil que la compren a la puerta de su casa que tener que salir al mercado o supermercado donde a veces es más cara la fruta.

“Somos una familia completa, trabajan cuñados, sobrinos y hermanos, somos 20 vendedores que salimos diario en triciclo para vender la fruta”, comentó.

“Nos traen la fruta, la cargamos y salimos a venderla, nos va muy bien, sobre todo en esta temporada del Día de Muertos demandan mucha china, mandarina y jícama, pero nos compran la fruta que llevamos”.