Diario de Yucatan

Un gran desafío físico y mental

“The Woman In The Window”, que se estrena mañana en Netflix, lleva a Amy Adams a los límites

MADRID (EFE).— Saber dejar atrás los miedos y la ansiedad, ese es el eje sobre el que gira “The Woman In The Window”, la esperada nueva película del británico Joe Wright protagonizada por Amy Adams, basada en la novela superventas de A.J. Finn, que se estrenará mañana en la plataforma Netflix.

“Del personaje de Anna he aprendido la importancia de dejar ir el miedo, de dejar a un lado tus ansiedades y dirigir al miedo hacia otra dirección”, cuenta la actriz en una entrevista.

La ganadora de dos Globos de Oro (y siete veces postulada al Óscar) interpreta a Anna Fox, una mujer que arrastra una fuerte carga del pasado que tendrá que luchar contra el mundo y contra sí misma para recuperar las riendas de su vida.

Mañana viernes la plataforma ofrecerá a sus suscriptores este thriller de suspenso psicológico basado en la exitosa novela homónima de A. J. Finn que Tracy Letts adaptó para la pantalla. Es dirigida por Joe Wright (“Pride & Prejudice”, “Atonement”).

Producida por Fox 2000 (compañía adquirida por The Walt Disney Studios en 2019) la película llega año y medio después de lo esperado, ya que estaba previsto su estreno para octubre de 2019, pero tras probarla con público se decidió que había que hacer algunos cambios y grabar nuevas escenas.

Su estreno se retrasó hasta mayo de 2020, pero luego llegó la pandemia de coronavirus y el cierre de los cines, de modo que la película se quedó en una especie de limbo hasta que la plataforma Netflix decidió apostar por ella y adquirir sus derechos.

Con su primera novela A.J. Finn, seudónimo del editor Dan Mallory, se convirtió en un fenómeno editorial mundial. Hace tres años en un encuentro con la prensa en Barcelona contaba que escribió “The Woman In The Window” después de ser diagnosticado de un trastorno bipolar, tras años tratado inadecuadamente de una depresión, inspirado también en su propia afición a mirar a sus vecinos desde la ventana en su pequeño piso de un barrio de Nueva York, mientras tenía el televisor encendido.

Allí se sitúa el casi único escenario de la película, una casa enorme de Manhattan con una larga escalera de caracol donde la psicóloga infantil Anna Fox permanece confinada por su agorafobia, atiborrada con fármacos que no duda en mezclar con alcohol.

“Interpretar a Anna fue un gran desafío emocional y físico. Creo que está lidiando con algo que es tan duro y vulnerable…”, explica Amy.

Y es que todos los problemas actuales de Fox tienen su origen en un trágico suceso del pasado que aún no ha podido asimilar.

Asomada a la ventana, dedica sus días, entre botella y botella de vino, a observar a sus vecinos, entre ellos a una familia que se acaba de mudar enfrente con la que entabla una particular relación.

Un día será testigo de un brutal crimen y a partir de ahí arrancará lo más profundo de su pesadilla.

Afrontar el “sentimiento de inutilidad” que tiene el personaje fue uno de los principales retos de su interpretación, cuenta Amy Adams, ya que Anna Fox “siente lo que está sucediendo en el mundo” y quiere “hacer su parte en su propia comunidad”, pero está atrapada en su profundo agujero de tristeza.

En opinión de Wright, “más que de la salud mental” la película habla sobre todo del “estigma” existente en la sociedad de “evitar que se vea nuestra vulnerabilidad”.

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2021-05-13T07:00:00.0000000Z

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