Tania Camargo es una joven con espíritu creativo dedicada a cambiar la piel y el rostro de las demás mujeres. Desde muy pequeña despertó su interés por el maquillaje y decidió hacer su sueño realidad en 2014 cuando inauguró Orquídea Salón & Spa, convirtiéndose en una profesional del sector de belleza. “Desde niña me apasionó el maquillaje. Recuerdo que cuando era chica y mis papás salían a alguna cena o reunión, esperaba ansiosamente hasta que se fueran para escabullirme al clóset de mi mamá y esculcar entre sus cosas hasta dar con su cosmetiquera y probarme todo lo que pudiera”. Aunque estudió y se graduó de la licenciatura en Nutrición, su pasión siempre fue la piel y el maquillaje, por lo que, se especializó en el área y ahora es una cosmiatra y maquillista profesional que disfruta de los cambios que logra hacer en los rostros de sus clientas, quienes salen de su salón felices por el resultado obtenido o con la piel radiante e hidratada. Comenzó a capacitarse con varios de los mejores maquillistas de México, entre los que se destacan: Luis Torres, Josué Luquín, Pepe Gutiérrez, Javier y Bere de la Rosa, Bernardo Vázquez, Mónica Godínez, entre otros; sin embargo, destaca que sus influencias fueron J.lo Scott Barnes y Pat McGrath. Tania Camargo continúa creciendo profesional y laboralmente, ya que en 2019, viajó a la Bussan Trade Mission en Korea del Sur para asistir a un congreso donde se presentan diferentes compañías, las cuales buscan negocios establecidos para compartir productos novedosos, esto da lugar a realizar un proyecto online, mismo que

se ha visto detenido por la pandemia. “Sin lugar a dudas, recomendaría el uso del protector solar diariamente, no hay producto anti edad más efectivo que éste. Además de que protege el envejecimiento prematuro, evita la hiperpigmentación (manchas), melasma y cáncer de piel”. En su trayectoria como maquillista profesional, ha descubierto que un gran mito es que la aplicación de tonos coloridos no luce bien, pero es todo lo contrario, ya que si se utilizan las teorías del color, éste puede ser muy glamouroso. Aunque se piense que es la única opción, no siempre hay que recurrir a tonos serios o nudes básicos para lucir elegante. “Me hubiera gustado maquillar a mi abuelita, pero ella ya no está aquí; algo que siempre le admiré era que siempre quería verse bien, nunca faltaba su labial o sus sombras con sus accesorios, así fuera nada más para ir al súper. Me quedé con ganas de hacerle un makeover y dejarla más guapísima de lo que ya era”.